La foto de Li Xiaohong
Me llamo Zhang Hongxin, nací en el Distrito Zhabei de Shanghai en 1962 y mi casa está en la avenida Hutai. Mi esposa se llama Li Xiaohong. Aunque soy diez a?os mayor que ella, nos enamoramos por la primera vista. Nos casamos antes del primer aniversario de nuestro conocimiento y el a?o siguiente ella dio a luz a un ni?o. Sin embargo, durante las vacaciones de parto Xiaohong concitada por otras personas empezó a practicar Falun Gong para recuperar su figura esbelta sin previsión de perder su propia vida.
A los principios del verano de 1998, cuando el ni?o acabó de cumplir su primer mes, conoció de oído que la práctica de Falun Gong podía curar todas las enfermedades, y además, también podía ayudar a las parturientas que se habían engordado por el parto a recuperar la figura esbelta. Xiaohong que se agradaba de la hermosura de nacimiento no podía resistir la tentación repetida de los discípulos de Falun Gong y empezó a practicarlo. No tardó mucho tiempo en ser adicta a Falun Gong. Una vez tenía tiempo libre, leía el libro Zhuan Falun con la cubierta azul. A veces estaba tan absorta en la lectura que no cambiaba de pa?ales para el ni?o y no le amamantaba.
Al cabo de medio a?o, incluso por la noche a hora avanzada, mi esposa insistía en levantarse para practicar Falun Gong. Por frío que fuera, nada podía impedirle practicar el Gong. En una ocasión cogió frío y no dejó de toser todo el mes siguiente. Le aconsejé que fuera al hospital, pero no sólo me rechazó determinadamente sino me dijo:"No tengo la enfermedad. Shifu ha dicho que los practicantes nunca adolecemos de enfermedad. Durante el proceso de la práctica, algunos podrán tener la sensación de enfermedad. Es un tipo de reacción normal que Shifu les elimina el karma a los discípulos. A medida que el karma en el cuerpo se elimina poco a poco, esta sensación va desapareciendo espontáneamente. No te preocupes."
Debido a mi amor y ternura hacia ella, nunca le había impuesto lo que no quería. No obstante, esta vez le aconsejé repetidamente para que fuera al hospital y se curara de tos cuanto antes, pero consistía en no. Debibo a eso, nos discutimos varias veces, pero al final me sometió a ella.
Varios meses después, todavía tenía tos y no se mejoraba. Al contrario de lo que esperábamos, se agudizó la enfermedad y apareció sangre en su gargajo. Mi esposa cifró la esperanza de curarse en la práctica de Falun Gong y me ocultó esa situación que en su gargajo había sangre con miedo a que le llevara al hospital. Poco a poco se acostumbraba a las toses frecuentes. Eso le hacía al cuerpo delgado más flaco.
En 2001, al ver que iba cada día más flaca, me preocupaba tanto que llamé a sus padres a aconsejarle ir al hospital. En cuanto se enteró de que fue yo quien llamó a sus padres a hacerlo, se enfadó conmigo y dijo que yo era el "diablo" que estorbaba su práctica.
Para encontar un sitio tranquilo, dimitió su cargo, abandonó al ni?o y fue a la casa de un compa?ero de práctica. No tenía otro remedio que llamé a todos los familiares a buscarla. Al cabo de tres días, sus padres llegaron a encontrarla. Dijo que volvía a nuestra casa sólo por el ni?o. Cuando sus padres le pidieron que fuera al hospital, respondió inmediatamente con ironía:"Mi salud está protegida por mi Shifu. No necesito tus preocupaciones." Los padres sabían bien su temperamento porfiado y dejaron de intentar persuadirle.
En el verano del a?o 2003 y en el abril del a?o 2005, había dos veces que Xiaohong copió las frases del libro Zhuan Falun en hojas volantes y las metió a escondidas en los buzones y las aberturas de las puertas de los vecinos. Mi suegro sufrió un ataque de apoplejía por los absurdos de su hija y de ahí se quedó paralítico.
Para eso todos los familiares se dedicaron a intentar persuadirle a dejar de practicar Falun Gong con buenas razones. Después de un mes, a mi esposa se le vacilaron los pensamientos. Al ver al hijo que crecía paso a paso, al padre que estaba paralítico en cama por ella, las lágrimas de su madre enfermiza y las miradas expectantes de las hermanas y yo, llegó a prometer que no provocaría problemas.
Sin embargo, cuando los otros practicantes se dieron cuenta de que mi esposa rompió el contacto con ellos, vinieron a nuestra casa. Sólo por esta visita, mi esposa volvió a practicar.
Frente a mi interrogación, ella dijo:"Gracias a los otros practicantes que me dieron la advertencia que ya soy practicante que está en el camino a dios y cerca del cumplimiento. Si ahora dejo de practicar, todo lo que he hecho será en vano. Shifu ha dicho que vosotros normales que no consiguen el Fa y no conocen a los discípulos del Dafa no entenderán el Dafa y a los discípulos del Dafa. No puedo comunicarme contigo de verdad."
Desde entonces, mi esposa se dedicaba a la práctica más sinceramente, pero su tos se agudizaba y su cuerpo iba más flaco.
En el abril de 2007, la enfermedad le obligó a guardar cama. Yo le cuidaba al lado de la cama y vi la sangre en su gargajo. Quería llevarle al hospital, pero me dijo:"Ya sabes que soy discípulo del Dafa. Nos ha dicho Shifu claramente: los discípulos no pueden ir al hospital, si lo hacen, no permanecerán a las personas del Dafa. Si te sigo, Shifu no reconocerá que sea su discípulo. Haga el favor de que no me pides más." Me rogó con lágrimas en los ojos.
Sentía muy triste, pero sabía que no era posible que le obligara a ir al hospital. Pues le dije:"?Si no quieres ir al hospital, me permites que voy al hospital por algunas medicinas para ti?" Con mis ruegos repetidos llegó a permitirme ir al hospital por medicinas.
Después de tres meses, mi esposa no se mejoró nada. Al ver su cara que iba cada día más pálida, no podía aguantar más y volví a llamar a todos los familiares a pedirle ir al hospital. Inesperadamente sacó el libro que atesoraba y empezó a leerlo en voz alta delante de todos y de pronto sacó un paquete de medicinas desde su almohada y me dijo:"No he tomado ni una píldora de las medicinas."
Un día después de varios meses, mi esposa se desmayó inesperadamente sobre la manta de práctica. Le llevé inmediatamente al hospital para recibir el socorro de emergencia. El médico me reprochó con los ojos abiertos desmesuradamente y una foto de radiografía en la mano:"?Por qué no le lleves aquí temprano? Era pulmonía normal, pero ahora ya provoca gran enfermedadd." Me dio la notificación de agonizante sin tardanza.
Para salvar a mi esposa, saqué decenas de miles de yuanes y los llevé al hospital con motivo de pedir al médico que hiciera todo lo posible a salvar a mi esposa. No obstante, ya era tarde. Mi esposa murió de agotamiento del pulmón el día 28 de julio de 2007 por la ma?ana. En aquél a?o sólo tenía 39 a?os de edad.