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Wang Yingxin: El pasado penado

2012-02-17 Source:Kaiwind Auteur:Wang Yingxin(dictante) Tian Baoguang(arreglador)

El anciano Wang Yingxin está trabajando en su huerto

Me llamo Wang Yingxin, tengo 61 a?os de edad, y soy un campesino vulgar del pueblo Wangli del distrito Qingyuan de la provincia Hebei. No disponía de buena salud. Tenía enfermedades como la epilepsia, la hipertensión y la reumartritis. Aunque había logrado controlar las enfermedades a través de medicinas, no podía hacer trabajos duros. Por eso las labores agrícolas se le cayeron a mi esposa. Así transcurriendo muchos a?os, sin embargo, mi esposa no tenía ninguna queja. Las cuatro hijas se habían crecido y podían ayudar a su madre y conllevar parte de las labores. Nuestra vida era feliz y armoniosa.

En el mayo del 1998, cuando un vecino con el apellido Wang del mismo pueblo visitó a mi casa, me dijo:"?ltimamente he aprendido un Gong. Es excelente. Si caes en enfermedad, podrás curarte con la práctica sin tomar medicinas o inyecciones." Al oírlo, pensé que si el Gong servía tanto de verdad, podría ahorrar una buena cantidad de dinero con la práctica. Pues empecé a tener la gana de practicarlo. Antes de marcharse me prestó un libro y me pidió que lo leyera detenidamente. El libro dijo que a través de practicar el Gong, uno podía purificar su cuerpo, abrir el ojo del cielo, obtener la protección del cuerpo del Fa y al final podía convertirse en Dios o Diosa y ir al cielo. Todo lo que dijo me atraía la atención.

El día siguiente, encontré al vecino Wang y le encargué que me comprara el libro Zhuang Falun y cassettes con explicaciones del Fa. Empecé a practicar e insistía en ir al punto de práctica del pueblo para comunicarme con los otros practicantes. Después de practicar un cierto tiempo, sentía que mi salud se había mejorado mucho. Eso me hizo convencido totalmente de que la práctica del Gong podía curar enfermedades. De modo que dejé de tomar medicinas convencionales para la epilepsia.

En el julio del 1999, el Gobierno proscribió la práctica de Falun Gong. No comprendí por qué y continué practicando en mi casa a escondidas. Los familiares me amonestaron pero no quería escucharles. Cada vez que las dos hijas mayores casadas volvían a casa, empezamos a discutir al cabo de pocas palabras. Les dije:"No entendéis nada. Sólo Shifu me entiende. Me suicitaré ante la persona que me estorbe la práctica."

Como no tomaba medicinas a largo plazo, la enfermedad se iba agravando. Un cierto día en el marzo del 2003, cuando practicaba las acciones del Gong como de costumbre, antes de terminarlas, me dio vueltas la cabeza. Me apresuré a sentarme para practicar y después de un buen rato, me sentí mejor. Durante toda la ma?ana como así me dio vueltas la cabeza tres o cuatro veces y además me sentía nervioso y débil con poca fuerza. Pensé que a lo mejor no era suficiente para la curación mi propia capacidad de práctica. Sentía mejor a?adir a un otro. Por la noche fui a la casa del vecino Wang y le hice ejercitar el Gong conmigo para curarme. Al cabo de dos días, el mareo se alivió, pero la buena situasión no duró mucho tiempo, dos meses después el mareo volvió al vómito.

De ahí, el mareo se me ocurrió con frecuencia. Cada vez duró a eso de una semana y después se mejoró. Sin embargo, dentro de poco volvió a suceder. Los familiares me aconsejaron que fuera al hospital para recibir el examen médico, pero no fui con insistencia .

A principios del 2005, cuando me dada mareo la cabeza, apareció un nuevo fenómeno. A veces me resultó desmayo de un tiempo no muy largo. No me asustó el femómeno. Al revés creía que era el momento final de la prueba de Shifu. Con tal de que lo superara, llegaría a la perfección.

En el noviembre del 2005, la epilepsia que no había vuelto al vómito los últimos a?os me atacó otra vez. Mi esposa pidió al médico del pueblo a atenderme y él me recetó algunas medicinas. Aunque no lo rechacé delante de ellos, no las tomé y las tiré secretamente después de que la esposa me traía las medicinas.

En 2007, mi salud iba de mal en peor. Me daba vueltas la cabeza, sentía nervioso y no tenía fuerza y vigor. Además no podía ver cosas claramente y no podía caminar sin ayuda de un bastón.

En el octubre, al ver mi enfermedad agravándose, las hijas decidieron llevarme al hospital. Tan pronto como oí eso, me vino a la cabeza la advertencia de Shifu. Como temía perder la oportunidad de llegar a la perfección, les dijo:"?Qué entendéis? Es que Shifu está probando mi temperamento . En todo caso, no iré al hospital. No destruyáis mi última oportunidad a la perfección."

Las hijas me aconsejaron por un largo tiempo, pero no me persuadieron. Al final la hija mayor dijo:"Esta vez no le obedecemos. Hace falta llevarte al hospital."

Tomé el bastón al lado y intenté golpearle gritando:"No me acerque. Aun cuando me llevéis al hospital, no aceptaré los tratamientos." Al ver no poder persuadirme en aquél momento, decidieron volver a sus propias casas y venir a mi casa dentro de unos días.

El día siguiente, cuando daba un paseo con el bastón en el patio, me desmayé y me caí al suelo. Afortunadamente en aquél entonces el marido de la tercera hija estaba en la casa. Al verme tendido en el suelo con la boca burbujeando, me levantó a la cama y me dio los primeros auxilios. Después de un buen rato, dejé de dar tics, pero todavía no podía mover los cuatro miembros. La tercera hija y su marido salieron por el médico del pueblo. Al ver mi situación, él les propuso llevarme de inmediata al hospital que se especializa en las enfermedades del cerebro para recibir examenes médicos.

Ellos me llevaron allí y recibí una serie de examenes con CT incluido. Me diagnosticaron que tenía una verruga en el cerebro, la hipersión, la epilepsia, la diabetes, la mixomatosis, la esclerosis arterial y la traquealgía. El médico dijo que fue porque la verruga apretaba los nervios cerebrales que me dolía la cabeza, me desmayaba y no tenía fuerza y vigor. Como era mayor y no tenía la buena inmunidad debido al abandono de las medicinas. Para mí era muy arriesgado recibir la operación de ablación y había posibilidad de perder la vida. Por eso sólo podía quedarme en el hospital para recibir tratamientos conservadores.

Tendido en la cama con los resultados de los examenes y pensando lo que dijo el médico, lloré por la pena. Me pregunté a mí mismo qué tipo de Gong había practicado. Cuando me molestían las enfermedades y se me amenazaba la vida, ?dónde estaba el cuerpo del Fa de Shifu??Porqué no me protegía? Después de luchar violentamente en los adentros unos días, decidí abandonar la práctica de Falun Gong y aceptar los tratamientos.

Después de salir del hospital, insistía en tomar medicinas. En el junio de 2008, llegué a poder levantarme. A través de tres a?os de tratamientos y ejercicios, he recuperado la buena salud, vuelvo a poder valerme a mí mismo y llevo una vida feliz otra vez.

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