Foto de Tan Chaoying antes de la muerte
Me llamo Liao Jin, tengo 49 a?os, vivo en el pueblo Xinsheng del distrito Liangping de la ciudad Chongqing, y trabajo en el Centro de Servicios Agrícolas del pueblo Xinsheng. Me casé con Jiang Guangling en 1984. Mi suegra se llama Tan Chaoying, nació en septiembre de 1942, vivía en el grupo 1 de la aldea Gaosheng del pueblo Xinsheng. Mi suegra era hospitalaria, laboriosa y ordenada.
En diciembre de 1997 según el calendario lunar chino, la tía Zhu llegó a la casa de mi suegra y le habló de las ventajas de Falun Gong, diciendo que uno no tendría enfermedad siempre que persistiera en practicar el Gong, aún cuando tenía enfermedades, se curaría radicalmente eliminando el karma a través de la práctica. En aquel entonces, mi suegra adolecía de reumatología, no podía mover muy bien las piernas, además, como vivía en el campo con muchos hijos, no tenía un buen nivel económico, al oír que se podía curar enfermedades sin gastar dinero, mi suegra lo aceptó en seguida.
Al principio, mi esposa y yo no estábamos en contra de la práctica del Gong por parte de mi suegra, creíamos que fortalecer la salud era algo bueno, la buena salud de los padres era la mayor fortuna para los hijos. Sin embargo, después de practicar el Gong, la indiferencia suya ante la familia y los parientes era inaceptable para nosotros. Cada vez que nos reuníamos toda la familia, discutíamos con mi suegra, ella se enfadaba con mucha frecuencia de nosotros, diciendo:"Vosotros, como gente normal, no podéis entender lo mío, Shifu dice que ˋla práctica de una persona puede beneficiar a toda la familiaˊ, cuando ese día llegue, debéis agradecerme a mí." Por lo que cada diálogo entre nosotros no terminó bien.
Según mi suegra, practicar el Gong podía evitar adolecer de enfermedades y fortalecer la salud, pero la práctica durante tantos a?os no lo comprobó. A finales de 2003, mi suegra cogió frío, se recuperaba progresivamente durante casi 2 meses, todos sabíamos muy bien que se había recuperado gracias a su propia capacidad de resistencia.
En verano de 2007, el estado de ánimo de mi suegra se deterioró visiblemente, sentía con frecuencia mareo y fatiga, también presentaba otros síntomas tales como fiebre, dolor de barriga y diarrea. Ella creía que eran dolencias normales, y no las tomaban mucho en cuenta.
En marzo de 2009, descubrimos que ella era más flaca, también tapó frecuentemente la zona del hígado con mano, pero dijo que estaba bien. Mi esposa y yo queríamos llevarla al hospital a recibir un examen físico, pero nos rechazó, decía:"La gente adolece de enfermedades porque tiene sustancias negras dentro, tomar medicina e inyecciones sólo acumula el karma dentro sin poder curar las enfermedades." De esta manera, mi suegra seguía resistiéndose a la enfermedad día y día sin consultar al médico.
En septiembre de 2011, la salud de mi suegra iba de mal en peor, era ya demasiado flaca, el dolor en la zona del hígado le hizo eyacular en el suelo sin poder levantarse. Nos preocupábamos de su salud y enfermedad, le persuadíamos varias veces de consultar al médico, pero sólo recibíamos su rega?o. Después, se agravó aún más la enfermedad de mi suegra, a veces incluso vomitaba todo lo que comía, el dolor en la barriga también era cada vez más grave. Consultábamos con las hermanas de la familia, para buscar alguna medida a llevar a mi suegra al hospital a recibir un examen físico.
En la Fiesta Nacional del mismo a?o, so pretexto de pasar vacaciones en la Fiesta, la familia llevó a mi suegra al pueblo, después de pasear un poco, la llevamos al Hospital Popular del pueblo, según el examen de CT, mi suegra tenía tumor en el hígado, y la situación era muy grave. De acuerdo con recomendaciones del médico, mi suegra debía hospitalizarse y recibir tratamiento, pero ella lo resistió y nos amenazó con suicidarse si insistíamos. Para tranquilizar a mi suegra, la llevamos transitoriamente a casa, mientras mi esposa y sus hermanas se planteaban hospitalizarla cuanto antes para más exámenes y tratamientos.
Por la tarde de 4 de noviembre de 2011, mi suegra se apoyó otra vez en el sofá cubriendo la zona del hígado, mi esposa y yo la llevamos de inmediato al Hospital Popular del pueblo. Los exámenes desmostraban que mi suegra ya se encontraba en la etapa avanzada de cáncer de hígado, con situación muy peligrosa, y necesitaba hospitalizarse en seguida y recibir tratamientos. Frente a mi suegra obsesionada con eliminar el karma, hicimos muchos trabajos de persuación para que se quedara en el hospital.
De nuestros diálogo y expresión, mi suegra fue consciente de que había adolecido de una enfermedad incurable, empezó a no hablar, tampoco nos respodió, suspiraba sola con mucha frecuencia con lágrima en los ojos. Después, empezó a colaborar con los médicos en los tratamientos, tampoco se resistía a tomar medicinas, inyecciones y otros tratamientos. Todavía recuerdo muy bien un detalle: en la etapa de tratamientos conservadores, mi suegra tomaba medicinas tres veces al día, un día se faltaba una cápsula, ella nos lo recordó.Sin embargo, mi suegra se despertó demasiado tarde, a las 17:00 de 22 de noviembre de 2011, a mi suegra le quitó la vida la enfermedad, y ella se fue para siempre.