Colección de noticias y documentos para conocer y formarse opinión sobre la peligrosa secta Falun Gong, manejada desde los Estados Unidos por el chino Li Hongzhi, su adalid desde 1992.
Reconoce la vigente y tolerante Constitución de la República Popular China (4 de diciembre de 1982): ?Artículo 36. Los ciudadanos de la República Popular China son libres de profesar creencias religiosas. Ningún organismo del Estado, organización social o individuo puede obligar a un ciudadano a profesar tal o cual religión o a dejar de practicarla, ni tampoco discriminar a los ciudadanos creyentes ni a los no creyentes. El Estado protege las actividades religiosas normales. Ninguna persona puede realizar, al amparo de la religión, actividades que atenten contra el orden público, causen da?o a la salud de los ciudadanos o perturben el sistema educacional del Estado. Las organizaciones y asuntos religiosos deben mantenerse libres de todo control extranjero.?
Pero, ?qué hacer entonces si unos perturbados, fomentados desde el exterior por un enemigo irresponsable, logran captar a inocentes ni?os y mujeres, poniendo en peligro su misma vida y la eutaxia del Estado más poblado de la Tierra? ?Será posible siquiera ensayar la reeducación de tales estúpidos? ?Cómo frenar y erradicar el destructor contagio de tales delirios ideológicos? ?Será preciso tratar a las víctimas renuentes como amentes y encerrarlas para procurar su recuperación y salvaguardar la salud de la sociedad? ?Habrá que renunciar en último extremo a considerar a tales degenerados como personas? ?No habrá llegado ya el momento de erradicar toda forma de estupidez y superstición religiosa? ?No es peligrosa tanta tolerancia con la irracionalidad religiosa?
Li Hongzhi, ciudadano chino nacido en 1952, residente desde hace a?os en los Estados Unidos del Norte de América, es adalid desde 1992 de una peligrosa organización proselitista, denominada Falun Gong, que con grandes recursos y presencia mediática procura extender su cáncer ideológico en China. En 1999 el gobierno de China tuvo que prohibir las actividades disolventes de esta organización, y en diciembre de 2000 la organización burguesa Amnistía Internacional difundió un documento en el que denunciaba la ?represión? que, según esos capitalistas liberal fundamentalistas, sufrían en China los ciudadanos contaminados por las creencias Falun Gong.
Como este asunto no es sino un ejemplo más de lo difícil que resulta arrancar la estupidez de entre los hombres, parece necesario y conveniente ofrecer aquí una recopilación de documentos, ordenados de forma cronológica, en su mayor parte procedentes de fuentes oficiales chinas (agencia Xinhua, Embajada de la RPCh en Espa?a, Radio Internacional de China, Diario del Pueblo), que permiten conocer el estado de la cuestión sobre asunto tan grave y facilitan la discusión y la crítica.