La fotografía de la hija Li Qian
Me llamo Li Zhongchao, tengo 55 a?os de edad y mi pueblo natal es el pueblo Damian del Distrito Longquanyi del municipio Chengdu de la provincia Sichuan. Me gradué de la escuela secundaria del segundo ciclo. Soy un médico rural.
Ahora en cuanto me acuerdo de mi hija fallecida, siento una inmensa desolación. El diario que mi hija escribió antes de suicidarse todavía me hace remorder muchísimo hasta ahora:"Papá y mamá, ?por qué aún no se despiertan? Os ruego que no practiquéis más Falun Gong. Nuestra familia y mi sue?o de ir a la universidad se han arruinado debido a Falun Gong y vosotros. Deseo que algún día podáis desenvolverse de la cadena de Falun Gong. Si así, moriré sin pena......"
Contaré todo el asunto desde el principio. Hace tiempo que tenía un clínico, una hija encantadora y obediente y una mujer honrada. Además de atender a los enfermeros, teníamos unas hectáreas de tierra en la que plantamos árboles frutales. Nuestro ingreso anual era considerable y en este lugar eramos de los ricos. La armonía de mi familia también se hacía envidiar.
Como la terapéutica mía es heredada, sólo pueden considerarme como médico rural. Para desarrollar la tradición de la familia, juré que cultivara a mi hija a ser una verdadera médica, lo cual también era el mayor deseo de toda la familia. Por lo tanto, lo que prestaba más atención era el estudio de mi hija. En el julio de 1998, le admitieron en la mejor escuela secundaria en mi pueblo——la escuela secundaria Long Quan, y todos los familiares se sumergían en la alegría y excitación.
Justamente en la segunda mitad de este a?o, a través de recomendaciones, empecé a practicar Falun Gong, y poco a poco fui adicto a la práctica. Al mismo tiempo todo iba cambiando.
Al principio, sólo lo practiqué con curiosidad para fortalecer la salud, pero paso a paso Falun Gong me fascinó. Cuando practicaba, sentía que mi estado se elevaba como si hubiera entrado en un otro mundo. Cada día más despreciaba a la gente normal de mi alrededor, sólo gustaba de comunicarme con los otros practicantes. A fin de acumular "los méritos y virtudes" y subir a "la perfección" más rápido, propagué el Fa a todos los enfermeros que venían a consultarme. Exitada por mí, mi esposa de innata honra también se dedicó a la práctica.
La situación económica de mi familia iba de mal en peor y los costos de la vida que le dabamos a mi hija también iba cada día menos. Dejamos de prestarle tanta atención como lo hicimos antes de practicar Falun Gong. Ya casi la ignoramos. A los principios sólo le dio curiosidad a mi hija, pero más tarde, a lo mejor ya había sentido los cambios radicales, se opuso a la práctica determinadamente. Nos hizo la llamada telefónica con frecuencia subrayando "desde que empezaron a practicar Falun Gong, nuestra familia ya no parece a una familia." Como sus palabras no resultaron efectos, dejó de hablar de eso, y raras veces se comunicó con nosotros.
En el julio de 1999, se proscribió Falun Gong de acuerdo con la ley. Mi hija, contenta, llamó a mi esposa y yo para avisárnoslo, pensando que desde ahí en adelante no volvimos a la práctica. Sin embargo, nosotros ambos no sabíamos arrepentirnos y corregirnos, practicando a escondidas en la casa. Cada vez regresó a la casa de la escuela, se desesperaba con la vista de la casa estropeada y nuestra presentación clandestina y loca.
Un cierto mediodía de junio de 2000, cuando concentraba la atención en la práctica, el cartero del pueblo me llevó una larga carta que me escribió mi hija. Fue la primera vez que me escribió. En la carta, mi hija hizo los máximos esfuerzos a suplicarnos que dejaramos de practicar.
Sin embargo, entonces era tan adicto a la práctica de Falun Gong que no podía leerla y pensarla en absoluto. Después de hojearla, la deshizo con ira y pensaba que mi hija era el "diablo" que nos daba obstáculos en el camino a "la perfección".
Sin desahogar toda la ira a través de deshacer la carta, le llamó por teléfono reprochándole implacablemente "?qué entiendes? Me dedico a la práctica por los bienes de nuestra familia y por tí. Como no comprendes no disparates. Lo que tomamos seriamente en cuenta es verdad, bondad y tolerancia y hacernos buenas personas. Tus delirios son menosprecio por mi "Shifu" y insulto contra Falun Gong.?Recibirás la pena merecida!"
Inmediatamente oí su voz entre los pla?idos "Papá, no tengo ni idea qué beneficios has traído a nosotros a través de practicar Falun Gong todo el día. Sólo sé que desde que empezaron a dedicarse a la práctica, todo el ingreso lo habéis llevado a comprar los documentos de Falun Gong. Ahora casi llenan la casa. Al contrario, el dinero que ma dáis se va cada día menos. No tengo ni un traje bueno y no me queda otro remedio que elegir las comidas más baratas cuando tengo hambre. Viendo a vosotros adictos a Falun Gong y los cambios de la armoniosa familia, frecuentemente me cerro en el dormitorio llorando. No sé donde está el dinero que necesito para pagar los documentos del estudio y los gastos de matrícula escolar del semestre que viene. Y tú, con el corazón lleno de Falun Gong, ya olvidas a mí y nuestra familia. ?Dónde se ha ido el padre que me amaba?"
Al oír eso, no tenía palabras que responder. No obstante, en aquél entonces todavía consideraba Falun Gong como lo más importante. Lo significado era hacer más contribución a "Dafa" en aquél momento clave para que "Shifu" nos dirigiera a "la perfección" cuanto antes.
Así que mi esposa y yo insistían en la práctica clandestina como siempre, y no notamos que la hija regresó raras veces cuya escuela sólo estaba a media hora de autobús de distancia, pensando que era porque llegaría el momento clave de preparativos para entrar en la universidad.
A las 9 del día de 6 de marzo de 2001, cuando recitaba las doctrinas con un otro practicante en la casa, me llamó por teléfono sin esperanza el profesor Wang y me dijo:"Se le ocurrió un accidente a su hija Li Qian. ?Venga a la escuela de prisa!" En aquél entonces, no podía preocuparme más de la práctica. Me envolvió un augurio malo y me apresuré a la escuela en la misma noche.
No me informé de que mi hija había muerto por suicidarse hasta que llegué a la escuela. Al ver el cadáver que ya no podía distinguirse la sangre y la carne, sentía un golpe por sorpresa y me desmayé perdiendo la conciencia. De todas maneras no podía aceptar la verdad de que mi hija alegre y animada, la que siempre le tomaba como mi ojo, ya me dejó para siempre cuando sólo tenía 17 a?os de edad en capullo.
Al arreglar sus pertenencias, me di cuenta de su diario en el que abundaba en recuerdos y deseos risue?os de la vida pasada de la familia, pero lo que contiene más es el reproche de la práctica de Falun Gong de los padres y el talante sin remedios. En el último texto, la hija escribió:"Papá y mamá, ?por qué aún no se despiertan? Os ruego que no practiquéis más Falun Gong. Nuestra familia y mi sue?o de ir a la universidad se han arruinado debido a Falun Gong y vosotros. Deseo que algún día podáis desenvolverse de la cadena de Falun Gong. Si así, moriré sin pena..."
Mi esposa y yo ahora ya conocemos completamente la esencia de la herejía. Sin embargo, cada vez nos acordamos de la hija quien nos salvó con su propia vida, no podemos aguantar la desolación. ?Qué inmensa desolación!