Zhang Fengxian en silla de ruedas
Me llamo Zhang Fengxian, y tengo 64 a?os. Vivo en el pueblo de Taji del condado de Jinhu de la ciudad de Huaian de la provincia de Jiangsu. Antes era un empleado del sucursal de Jinhu del Banco Industrial Comercial, sin embargo posteriormente dimití por haber practicado el Falun Gong. Tenía un trabajo estable y envidiable y una familia muy feliz. Mis padres vivían en el pueblo y mi esposa era una funcionaria del gobierno del pueblo. Además teníamos una hija y un hijo que son gemelos.
Al principio, unos compa?eros de trabajo empezaron a practicar el Falun Gong y me dijeron que el Falun Gong te ayudaba a fortalecer la salud, incrementar su ánimo y lograr cada vez más éxitos en su carrera. En aquel entonces, me adherí al Falun Gong por pura curiosidad.
En la fila de los practicantes del Falun Gong, mucha gente decía que después de practicar el Falun Gong, su salud había mejorado mucho y tenía más suerte y más ánimo. Por eso, poco a poco creí en estas teorías. Me parecía que la salud ya había mejorado mucho y mi trabajo también iba viento en popa. Me dediqué enteramente a la práctica y a la admiración al Li Hongzhi y al Falun Gong.
En 2000, poco a poco fue rechazado por los compa?eros de trabajo por no dejar de practicar el Falun Gong. Por fin, propuse voluntariamente dimitir el cargo y luego me entregué al aprendizaje del Falun Gong. Posteriormente, formé un equipo de aprendizaje con una decena de compa?eros de practicante y seguí practicando Zhuan Falun. Debido a la adicción al Falun Gong, mi esposa me alejaba, mis padres se sentían muy tristes y mis hijos dejaban de hacerme caso.
En 2002, mi esposa ya estaba desesperada y decidió divorciarse de mí, por lo que abandonó la casa llevando un par de hijos.
Pasaron más de un a?o, me creía que mi práctica ya había llegado a la cumbre. Un día, leí en el Zhuan Falun que una persona echó la gasolina a su cuerpo y lo quemó, sin embargo no sufrió ningún da?o por la práctica elevada, así que decidí probar mi capacidad algún día. Aquel día, llevé una botella de gasolina a la puerta del gobierno de condado, lo eché a mi cuerpo y lo quemé. Además grité en voz alta: ¨Soy el gran discípulo del Falun Gong, tengo la protección de dios y del maestro Li Hongzhi.¨
Sin embargo, en seguida me desperté por el dolor de la quemadura. El dios esperado no apareció. Tiré la botella de gasolina apresuradamente, pero la mayoría de gasolina ya estaba en mi cuerpo, por lo que me revolqué por el suelo. Los que acudieron de los alrededores me ayudaron a apagar el fuego y me llevaron al hospital.
En el hospital, me desmayé varias veces por el dolor, pero seguí creyendo que el maestro me estaba protegiendo. Sin embargo, el médico contó a mis padres que había sufrido graves quemaduras en las manos y las piernas. Por el grave estado de quema, nunca puedo levantarme. Hasta hoy, la piel de mis cuatro miembros no se puede quedar descubierta al aire e incluso llevo mucha ropa en el verano.