Me llamo Wang Qiuxiang, femenino, de 51 a?os de edad, nivel educativo de escuela secundaria, soy una mujer de una familia agrícola y auténtica del pueblo Nanliangfu del condado Huaifeng, de la ciudad Taian.
En la década de los 90 del siglo pasado, todas las familias de nuestro pueblo recibimos una compensación favorablea causa de la reubicación de carbón, construimos casas nuevas, y nos quedaroncierta cantidad de depósitos. Mi esposo trabajaba en la mina de carbón cercana. Me levantabamuy temprano y descansaba muy tarde todos los días, no temía a las dificultades, más que gobernaba la casa con diligencia y ahorro, nuestra familia compuesta por cuatro llevabamos una vida muy feliz. En ese momento yo, me reía incluso en el sue?o. Sólo esperaba que los dos hijos crecieran rápidamente, se casaran y tuvieran hijos, los dos viejos nos encargaramos de cuidar a los nietos, para compartir la felicidad familiar.
Pero, en la naturaleza hay tempestades inesperadas, en la vida vicisitudes imprevistas. En 2005, vimos que ya crecieron los dos hijos. Al igual que un rayo en el cierlo areno, mediante el chequeo médico, mi marido que tenía salud muy buena se encontró en la etapa tardía del cáncer gástrico, con el fin de curarse, iba a todas las partes buscando tratamiento médico, recibió dos cirugías, y quimioterapia por muchas veces, al final, la enfermedad se transformó directamente en cáncer de pulmón, y murió mi marido a la edad jóven medio a?o después. En los dos a?os de hospitalización, no sólo gastaron todos los ahorros, sino que también debimos decenas de miles de deudas. Con el fin de liquidar las deudas, los dos hijos abandonaron el estudio, y salieron para trabajar, yo también trabajaba sin descansar mucho, y cogíunas enfermedades. Estaba so?oliento todo el día, trance, e incluso quería morir.
Cuando estaba agotada de la vida dura, a principios del 2006, me puse en contacto con el “Dios”. Hermana Liu, quien alquiló mi casa, me saludó y dijo: “ Han ocurrido muchas desafortunas en su familia en los últimos a?os, no se fue en viento todo, es que no tuvieron la protección del “Dios”, ahora, el “Dios” ya desciende al mundo “transformado por la segunda vez”, que se llama el “Dios Todopoderoso”, es “Dios” verdadero, una vez que crea en el “Dios”, será protegida toda su familia, sólo con la unión al “Dios Todopoderoso”, llevará una vida feliz. Además, dicen que la forma de rendir al “Dios” ya ha cambiado, no cuesta nada de dinero, sólo tiene que seguir el ritmo de la década, y escuchar las palabras del “Dios”.” Además, me dijo que el “Dios” era eficaz, podría lograr la protección y salvación del “Dios” con la creencia en él, por ejemplo, en los accidentes de mina de carbón, los accidentes de tráfico, las enfermedades incurables, etc, si el “Dios” quisiera salvar a uno, él no moriría. Como había tenido la fe en el “Dios” desde ni?ez, así como la costumbre de rendir al Dios, más que ella me trató con entusiasmo y emoción. Me parecía muy bueno cuando me dijo que no me gastaría nada de dinero, y me protegería tal “Dios”. Me sentí muy excitada en ese momento. De repente, sentí muchas esperanzas por la vida, y expresé de inmediata que quería unirme al “Dios Todopoderoso”.
Empecé a leer los “libros del Dios” dados por ella, tales como el Relámpago proveniente del Oriente, Cantar nuevas canciones siguiendo a los corderos, Qué bueno es el Dios Todopoderoso, etc, me llamó la atención poco a poco el contenido de los libros, empecé a ocuparme en esto, ni siquiera en el día o por la noche, aprovechaba todo el tiempo posible para leer, leía en repetidas los “mitos”, y me quedaba totalmente convencida por los mitos del “Dios Todopoderoso” creyendo que sólo con la creencia en el “Dios Todopoderoso”, podría lograr la protección, y cualquier que quisiera, tenía mucha esperanza por el “futuro maravilloso” descrito por el “Dios Todopoderoso”. Además, rezaba en secreto que el “Dios” nos ayudara en liquidar las deudas, bendiría a los ni?os hasta que se casaran, tuvieran hijos...y así sucesivamente. A veces, pensé que sería mejor que mi marido hubiera padecido de la enfermedad dicha unos a?os más tarde, que el “Dios” pudiera protegerlo, que pudiera bendecir a uno, disipar desastre, y progeter a uno. Comencé a participarme en las predicaciones de evangelio y distintas reuniones, comer, beber, y los mitos formaron parte principal de mi vida.
Cuando hablaban de “acto bueno” al predicar evangelio, la “directora” explicó: “Dedicar dinero es una especie de acto bueno, todo el mundo puede dedicar, una vez que dedique, no podrá arrepentirse, tiene que dedicar con sinceridad voluntariamente, y nunca se arrepentirá .” Desde entonces, siempre y cuando nos reuníamos, la “directora” nos llamó a expresar sinceridad al “Dios”, es decir, dedicar dinero al “Dios”, “sacrificar”, ella dijo: Sólo que dedicara, podría dejar al “Dios” que sintiera nuestra sinceridad, y lograría la bendición del “Dios”. Con el fin de lograr la “bendición” del “Dios” lo antes posible, empecé a accionar sin dudar, a principio, entregué 30 o 50 yuanes cada vez, posteriormente, vi a los demás que habían entregado más de cien yuanes, me sentí atrás a ellos, por lo tanto, dediqué más de cien yuanes también. Al cabo de varias dedicaciones, comprendí que si pagara más por el “Dios”, más dinero que dedicara, podría elevar más nivel, y subir con los familiares al Cielo cuando se destruyera la Tierra en el futuro ( ellas dijeron varias veces a la hora de predicar evangelio que el 23 de diciembre de 2012 era el Fin del Mundo, el “Dios” nos salvarían.” De tal manera, había dedicado al Dios Todopoderoso por más de treinta veces sucesivamente, gasté más de 10 mil yuanes, que era ahorrado y ganado por los hijos durante varios a?os. En aquel entonces, estaba satisfecha de mi misma creyendo que lo más que dedicara, el “Dios” me bendiría más.
Unos meses más tarde, cuando se comprometió en matrimonio el hijo mayor, dijo que le faltaba 15 mil yuanes, y necesitaba el dinero que me había entregado, me quedé atontada, adónde buscaría tanto dinero, que había dedicado todo el dinero de los hijos como “fondo de ofrenda”. Vi que no podía ocultarlo, me obligó a enterarles del “fondo de ofrenda”, los hijos se pusieron furiosos y me culparon diciendo que había sido enga?ado, no lo acordé, y dije: “El 23 de diciembre de 2012 será el Fin del Mundo, desaparecerá pronto el mundo, para qué servirá el dinero. Sabrán todo.” Al escucharlo, los hijos se quedaron furiosos y preocupados sin saber reir o llorar. Fortunadamente, el hijo menor ayudó al mayor. Debido a esto, no me trató con cara contenta el hijo mayor.
Llegó muy pronto el 23 de diciembre de 2012, el “Fain del Mundo” llamado. Ese día, viéndome como una pobrecita, los hijos no me culparon más, me persuadieron comer y descansar bien. Me senté sola en casa como tonta, el sol se levantó y bajó, llegó la noche, el mundo no era como lo descrito por ellos con cielo oscuro y la sociedad llena de líos, sino todo salió tranquilo como siempre. Lo más que pensé, más furiosa me quedé, tenía gana de llorar, los hijos tenían razón, había sido enga?ado de verdad.
